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12 de julio de 1997: el asesinato de Miguel Ángel Blanco

El concejal del PP Miguel Ángel Blanco fue secuestrado y asesinado por la banda terrorista ETA en 1997 con tan solo 29 años y generó el movimiento conocido como “El espíritu de Ermua”.

Miguel Ángel Blanco Garrido nació en Ermua, Vizcaya, el 13 de mayo de 1968. Hijo del matrimonio de origen gallego formado por Miguel Blanco y Consuelo Garrido, y hermano de Marimar Blanco.


Aunque la familia provenía de un entorno humilde, dieron todas las oportunidades de futuro que pudieron a sus hijos. Es así como Miguel Ángel estudió Económicas en la Universidad de Sarriko (Bilbao). Tras trabajar como albañil con su padre, empezó en lo que su familia denominaba el "trabajo de sus sueños" en la empresa Eman Consulting (Eibar), apenas un año después de terminar sus estudios universitarios.


El joven llevaba una vida normal: tocaba la batería en el grupo Poker, disfrutaba de las canciones de su banda favorita Héroes del Silencio y mantuvo una duradera relación con Marimar Díaz, con la que tenía planes de boda.


Se involucró en la política como muchos otros jóvenes en ese momento. La situación era complicada y en las noticias salían constantes secuestros, asesinatos y atentados a gran escala por parte de ETA (Euskadi Ta Askatasuna), un grupo nacionalista vasco de acción terrorista. Sin embargo, Miguel Ángel, siendo parte de las nuevas generaciones del Partido Popular y, posteriormente, concejal en su ciudad natal, nunca se consideró un objetivo para el grupo.


Miguel Ángel con 29 años. Fuente: Fundación MAB

El 10 de julio de 1997 no llegó a su trabajo, evento que alertó a sus compañeros, acostumbrados a una rigurosa puntualidad por su parte. Horas más tarde se anunció en televisión su secuestro y la amenaza por parte de los terroristas: numerosos presos debían ser acercados a cárceles vascas o asesinarían a Miguel.


Poco se sabía entonces que Miguel iba a ser secuestrado el día previo a los eventos. Sin embargo, ese día rompió su rutina yendo a trabajar en coche y no pudieron realizar la abducción hasta 24 horas después. También se sabe que este secuestro ocurrió como resultado de otro (fallido también): el de Alberto Martín Barrios, un capitán de farmacia (militar) asesinado por ETA en 1983.


Hasta ese momento, la población había permitido, doblegada, las acciones, y vivían conscientes del terror presente en sus calles. Pero Miguel Ángel generó una reacción inesperada en los victimarios.


No había pasado ni un mes desde que se había liberado al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y los espectadores habían visto el efecto del cautiverio en su cuerpo. Aún con esa imagen en la retina, fueron testigos de cómo un padre volvía a casa de trabajar y conocía por los propios periodistas que su hijo de 29 años había sido secuestrado, a la novia de la víctima sujetar su foto y a su hermana decir que ningún ser humano debería tener una esperanza de vida de 48 horas, plazo que ETA había dado para cumplir la amenaza.


Cansadas, las masas salieron a la calle y, al grito de “asesinos”, pidieron la liberación del joven vizcaíno. Estas movilizaciones no se dieron solo en el País Vasco; toda España se solidarizó con el municipio y con la familia. El 12 de julio de 1997 tuvo lugar en Bilbao la manifestación más multitudinaria jamás realizada hasta el momento en la comunidad, con más de medio millón de asistentes. Las calles de la ciudad se llenaron de manos abiertas pintadas de blanco y carteles con el lema: “Miguel, te esperamos”. Por desgracia, ese mismo día los captores cumplieron su amenaza.


Pese al gran protocolo de búsqueda que se dio en la zona, fueron dos vecinos los que encontraron al concejal en la curva de un sendero boscoso de difícil acceso en la zona de Lasarte. En ese momento, el joven seguía vivo, aunque herido de gravedad con dos disparos en la nuca. Inmediatamente, fue trasladado de urgencia a la Clínica de Nuestra Señora de Aránzazu (San Sebastián), donde falleció la madrugada del día 13.


El mediático caso de "un joven servidor del pueblo", como lo denominaron los manifestantes, despertó lo que se conoce como “el espíritu de Ermua”: la población decidió dejar de mirar a otro lado con los cientos de víctimas del grupo terrorista y plantar cara a la situación.

Tuvieron lugar manifestaciones pacíficas, pero también revueltas violentas contra sedes de Herri Batasuna (partido político relacionado con ETA) y contra Herriko tabernas (bares frecuentados por radicales abertzales). Una de las más importantes fue la de Pamplona, donde en plenos Sanfermines no solo se llenaba la puerta del ayuntamiento con sus típicos pañuelos rojos, sino que se pedía la suspensión de las fiestas y se intentaba asaltar la sede de HB por la fuerza.


En 2006 se celebró el juicio de los asesinos de Miguel Ángel, donde se declaró culpables a Javier García (Txapote), Irantzu Gallastegi (Amaia) y a José Luis Geresta (Ttotto). Los dos primeros fueron condenados a 300 años de cárcel por múltiples asesinatos y el tercero se había quitado la vida en 1999, en Rentería.


El legado de Miguel Ángel sigue presente a día de hoy: Marimar Blanco, su hermana, es diputada de la Asamblea de Madrid por parte del PP y está volcada en la defensa de los afectados por el terrorismo. ETA finalmente cesó su actividad el 20 de octubre de 2011, poniendo fin a 43 años de terror y a más de 800 víctimas mortales (como Miguel Ángel) entre fuerzas del orden, políticos y civiles a las que debemos sumar la infinidad de afectados por el mismo.


Escuchemos nuestra historia, no solo en los aniversarios o en las fechas destacadas. Hagamos memoria y hablemos sobre momentos oscuros porque solo así les damos la claridad de traerlos al presente y evitarlos en el futuro.



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