Christian Checa: “Recibes mil rechazos y un sí, pero ese sí te da la vida”
- Celia Sánchez Vargas
- 21 nov 2022
- 6 Min. de lectura
Hablamos con Christian Checa del rodaje de 'En los márgenes', el futuro incierto de los actores y sus últimos proyectos
Christian Checa interpreta al personaje de Raúl en En los márgenes, la película con la que Juan Diego Botto debuta como director. En la película intervienen miembros de la asamblea de la PAH de Barcelona (Plataforma de Afectadas por la Hipoteca), que aportan testimonios reales sobre las problemáticas sociales que trata el filme, en concreto los desahucios.

- Hemos oído mucho hablar de la fuerza de la representación, de cómo el cine tiene la capacidad de traer una realidad a los ojos de los espectadores. ¿Qué opinas de esto? ¿Cómo lo has vivido tú?
Claro que el cine te mueve y, al fin y al cabo, puede representar realidades que a lo mejor no tienes en tu día a día. En mi experiencia personal, fue de la mano de la asamblea de la PAH, con diferentes momentos y charlas en las que tuve el placer de escuchar todas las historias. Me llevó a un punto muy bonito y gracias al personaje, evolucionamos a la vez, a medida que iba viviendo y conociendo todo. Yo creo que, a lo largo de la película, la gente cuando lo ve debería llevar ese mismo proceso: a lo mejor no lo conoce en un inicio, pero cuando termina la película se siente parte de ello.
- Como decías, la función de tu personaje es acompañar al espectador desde que se le presenta una realidad sobre la que quizás no conoce demasiado hasta que se ve totalmente involucrado. Sin embargo, a diferencia de los espectadores, que lo viven en la sala de cine, tú lo has tenido que vivir en primera persona y supongo que te habrá afectado a nivel personal. ¿Cómo ha sido para ti?
Te hace reflexionar y te hace pensar sobre muchas actitudes de tu día a día o cosas de las que te quejas. También me ha ayudado a valorar lo que tengo y a ser un poquito más solidario con todo el mundo; no cuesta nada hablar bien a la gente aunque tú tengas un mal día porque nunca sabes lo que está viviendo la otra persona. Me ha hecho reflexionar sobre cómo cada uno tiene su vida y su realidad, y siempre hay que tirar para adelante. He aprendido mucho de la gente de las asambleas; la mayoría son mujeres, que tiran solas de absolutamente todo, y yo las admiro muchísimo.
- En la película aparecen muchas personas que no son actores. ¿Cómo fue ese rodaje?
Al fin y al cabo, es una película “documental” sin ser documental realmente, ya que es una historia guionizada, pero por ejemplo, hay un momento en el que estamos hablando de las asambleas y esa asamblea se grabó de verdad: estuvimos dos sesiones de cuatro horas cada una, es decir, ocho horas, hablando de eso. Como bien has dicho, muchos de los afectados salen en la película, mucha gente de la PAH. Si tú estás contando una historia real, nadie lo va a representar mejor que la gente que lo ha vivido de verdad. Para mí fue todo un lujo, aunque fue un poco complicado gestionar los nervios, el vértigo de trabajar con gente tan grande como Luis Tosar, Penélope Cruz, Juan, Adelfa..., qué te voy a contar, pero fue muy cómodo. Y respecto a la gente que no eran actores, todo maravilloso porque son gente muy generosa y que nos ayudaron a entender la historia real. No hay nadie que te lo pueda contar mejor que una persona que lo ha vivido.

- ¿Puedes contarme cómo ha sido esa otra parte del rodaje, con actores tan reconocidos y con Juan Diego Botto trabajando por primera vez como director?
Estuvimos preparándolo durante mucho tiempo. Cuando finalmente fui seleccionado y conocí personalmente a Juan Diego Botto, estuvimos un mes y medio preparando mi personaje. La relación con él ha sido muy estrecha, le veía mas que a toda mi familia prácticamente. Ensayábamos como cuatro horas al día, también junto a Luis. Pese a ser un director "novato", Juan sabe muy bien lo que quiere y te lo transmitía de manera muy clara. Fue una pasada, al igual que con Luis, con el que también he pasado mucho tiempo. Con Penélope Cruz he estado menos, pero también he tenido el placer de trabajar con ella y lo único que puedo decir es que son grandes profesionales. Qué te voy a decir que no se haya dicho ya de ellos, me he sentido muy arropado, muy querido, y creo que me han ayudado muchísimo a componer un personaje que tenía su cosa. Estoy muy agradecido, ha sido como un sueño.
- En tu profesión se habla mucho de las dificultades para vivir de la actuación, de lo incierto que es el futuro. Incluso el propio Juan Diego Botto ha dicho que “no es ser pesimista, es la realidad”. ¿Cómo lo has vivido tú, sobre todo al principio?
Esto es como todo, cualquier trabajo tiene su sacrificio y su esfuerzo. Es verdad que hay cosas que son mas fáciles o que te aseguran más, pero en este caso no depende de ti la mayoría de las veces. Por mucho que te prepares un guion o una prueba, y consideres que no hay mejor forma de hacerlo y que no puedes dar más de ti, a veces no es suficiente, pero no solamente por ti; influyen muchísimos factores. Tu parte a lo mejor es un 40%, y ese 40% tiene que estar perfecto, pero hay otro 60% que no depende de ti. Yo siempre he tenido mucha suerte en mi trabajo, pese a que he trabajado mucho para estar donde estoy, y siempre me he sentido muy querido y apoyado en mi casa. Mi madre siempre me ha llevado a todos los castings, tanto a mí como a mi hermano pequeño, que empezamos a la vez.
Al principio se pasaba muy mal; es una carrera en la que recibes mil rechazos y uno es un sí, pero ese sí te da la vida. A lo largo de los años vas aprendiendo que hay personajes que a lo mejor no son para ti, o a lo mejor tienes que ser honesto contigo mismo y admitir que no has hecho la mejor prueba que podías hacer. Es una profesión muy exigente y la gente no ve esa cara B. En los márgenes fue un proceso muy largo, de muchos castings, de noches sin dormir, y de dejar de lado tu vida social para dedicarte a esto. Muchas veces rodábamos hasta las seis de la mañana. Al fin y al cabo, tienes que dejar muchas cosas atrás si estas dispuesto a esto, es muy bonito pero es muy sacrificado también y hay mucha gente que no sabe lo que hay detrás. Tengo muchos amigos que, desgraciadamente, están en una situación más tensa o que llevan tiempo sin trabajar, y las facturas no se pagan solas. El cine tiene un futuro tan incierto que nunca sabes, hoy a lo mejor estas aquí y mañana ya nadie se acuerda de ti por lo que sea. Yo me estoy preparando mi plan B por si acaso, estoy estudiando en la universidad, pero mi propuesta firme es ser actor.

- Por lo que cuentas, debe ser muy muy difícil compaginar los estudios cuando tienes trabajo como actor. ¿Qué estudias, por cierto?
Estudio Publicidad, que no es igual que el cine pero es relativamente similar. No podría hacer algo que fuera monótono, un trabajo de oficina o algo así. Es muy difícil, pero es lo que me gusta y es lo que he elegido. Además, es un trabajo en el que puedes tener mucha demanda en un momento dado y luego tienes parones, y también tienes que saber qué hacer en esos parones. Compaginarlo con la universidad es complicado, pero trato de sacármelo como puedo.
- ¿Podrías contar algo sobre los últimos proyectos en los que estés trabajando?
Ahora mismo te puedo comentar que vamos a estrenar una nueva película que se llama Un largo viaje, dirigida por Víctor Nores y junto a Elisabet Gelabert, que somos madre e hijo. Es una historia en la que, aunque vivamos juntos, estamos muy separados. Se estrenará el año que viene, en 2023.
Por otra parte, estoy trabajando en un cortometraje en el que mi personaje es el protagonista, que se llama Koke y que va a contar una historia que trata sobre la presión social y cómo esta te lleva a hacer cosas que tú realmente no harías estando solo, pero que con un determinado grupo de gente sí que puedes llegar a hacer porque tienes esa dependencia o por falta de personalidad o de valores. Es un proyecto muy guay que espero poder contar con detalle más adelante.
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