Crítica de May December: una brillante, pero irregular disección sobre la inocencia y la moral
- Aroa Oriza Rubio
- 25 dic 2023
- 3 Min. de lectura
Llegará a España el 23 de febrero tras su estreno en Estados Unidos y su paso por los Globos de Oro y otros tantos premios de críticos

El ser humano es morboso por naturaleza. Sentimos curiosidad aunque eso implique pena o asco. Lo impactante nos estimula. Y eso es lo que le ocurre al personaje de Natalie Portman en esta película.
Elizabeth Berry (Natalie Portman) decide pasar varios días en compañía de la familia formada por Gracie Atherton-Yu (Julianne Moore) y su marido Joe (Charles Melton) con la intención de hacer una introspección psicológica de Gracie, a quien Elizabeth va a interpretar en una nueva película. Veinte años antes, Gracie y Joe escandalizaron a la prensa cuando se descubrió su inmoral e ilícita aventura romántica. En aquel entonces ella era una madre de familia y él un estudiante de 13 años.
Los primeros 30 minutos de la cinta son esenciales, o entras en el juego psicológico y morboso que propone el guión, o te aburres tremendamente por su aspecto de telefilme exageradamente melodramático.
Una vez que pasas el primer acto, nos encontramos con dos películas diferentes. Por un lado, tenemos al personaje de Elizabeth, que busca a través de testimonios las distintas perspectivas de la historia de Gracie y Joe. Su intención es conocer hasta el más mínimo detalle para interpretar a Gracie con bastante realismo. Por otro lado tenemos a Gracie y a Joe, que ven su convivencia alterada por la llegada de Elizabeth. De los dos, sin embargo, es Joe el que pasa por una mayor evolución durante este corto período.

Son estas dos líneas las que sostienen el desarrollo de la cinta. En la primera, aunque se ve una clara intención de llevarla al máximo nivel de perturbación dentro del maquiavélico juego psicológico que propone, es cierto que se queda a medio gas, sin realmente explotar el concepto de lo que supone para los actores hacer una instrospección psicológica de sus personajes.
En la segunda, se puede observar un mejor manejo del drama. Charles Melton, acompañado de dos titanes como lo son Natalie Portman y Julianne Moore consigue hacerse un hueco para destacar. Aún siendo un secundario, Melton le da el alma y la pureza a la parte más emocional del filme. El personaje de Melton es el más complejo y el que más merecía salir en pantalla. Él se encuentra, aunque no lo cree, en un constante conflicto personal que plantea preguntas interesantes.
Aún teniendo un conjunto de interpretaciones sólidas y compenetradas, a May December le falta aspirar a algo más. Por momentos, la cinta de Haynes se vuelve un tanto plana. Es como si te diera la sensación de que le falta algo. May December no termina de aprovechar la historia que quiere contar, una historia que se ve lastrada por sus fallidos intentos de ser una obra que no es.
Pero no todo en May December es un quiero y no puedo. La elección, por ejemplo, de la banda sonora es un acierto tanto en su tono como en los momentos en los que aparece. Su presencia es tan fuerte que impide que pase desapercibida. Es el elemento que más recalca el dramatismo del relato, a pesar de sus pequeños momentos de humor negro.
Podemos decir, a modo de conclusión, que May December no es ni mucho menos una mala película, pero la sensación que deja es, tristemente, de indiferencia. Por un lado, la cinta de Todd Haynes se hace fuerte gracias a las valiosas interpretaciones, su banda sonora imponente y su guión atractivo, pero por otro lado, parece que ni el propio Haynes sabe cómo afrontar una historia que le queda demasiado ambiciosa para su estilo particular poco grandilocuente.
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