Desnudo artístico: entre la fascinación y el escándalo
- Aroa Oriza Rubio
- 9 ene 2024
- 3 Min. de lectura
Muchos historiadores del arte lo consideran el tema más importante de la historia del arte occidental

Puede parecer increíble, pero el desnudo artístico es tan antiguo como el primer asentamiento humano conocido a día de hoy. La Venus de Willendorf inauguró aproximadamente entre el 27.500 y el 25.000 a.C. una tendencia artística que ha perdurado hasta hoy.
Pero, ¿por qué el hombre se ha interesado tanto en representar el cuerpo humano?
El desnudo artístico es el mejor reflejo histórico para conocer a qué convicciones morales estaba sometida cada época histórica y cultura. Por ejemplo, el desnudo en la Edad Antigua no está representado de la misma manera que en la Edad Media. Además, las representaciones de desnudos también han contribuido al establecimiento de cánones estéticos y convicciones sociales. Es por ello por lo que el desnudo va más allá del arte.
El ser humano siempre ha sentido la curiosidad de explorarse a sí mismo, tanto en el interior como el exterior y el desnudo es, sin duda, el más fiel de los reflejos del homo sapiens.
Es un tema difícil de analizar por sus distintas interpretaciones y significados. Desde la Antigua Grecia, la representación humana está fuertemente ligada al concepto de ser humano como atracción erótica. Se perseguía la belleza ideal y el establecimiento de un canon perfecto que dictaba como se debía ser para ser considerado atractivo físicamente para la mayoría. Los cánones de belleza han ido variando en función del gusto de cada periodo y pueblo por lo que es imposible definir cuál es el verdadero aspecto de la belleza.
No obstante, el desnudo no es solo belleza sino también vulnerabilidad. El cuerpo humano es capaz de sentir dolor y placer, tristeza y felicidad. Nos acompaña siempre a donde vamos y el desnudo nos permite contemplar nuestra propia existencia.
Desde el erotismo y la sexualidad, hasta el espiritualismo y la belleza, pasando por la representación mitológica y el estudio anatómico. El desnudo puede tener muchas facetas tanto abstractas como físicas, permitiendo a los artistas explorar temas como el amor, la intimidad, el poder y la identidad.
Si hay algo que consigue el cuerpo humano que no hacen otros temas es provocar emociones. Según el historiador del arte británico Kenneth Clark el desnudo provoca 5 principales sensaciones: armonía, energía, éxtasis, humildad y pathos, es decir, la capacidad de emocionar a quien observa la obra.

Aunque durante la historia del arte, el desnudo ha sido la mejor manera de representar la belleza, también existe el desnudo anti-estético. Mucho más olvidado, pero imprescindible para entender los muchos significados y aspectos que puede abordar un genero tan complejo y divisorio. A menudo seres monstruosos como brujas han sido representados al desnudo con el afán de mostrar su fealdad al completo así como humillarlos.
No obstante, también ha desafiado importantes normas culturales y sociales por lo que también ha sido motivo de escándalo y controversia a lo largo de la historia lo que ha dado pie a debates sobre la libertad de expresión y los limites del arte.
Durante toda la historia del arte ha sido objeto de censura. Sobre todo en sociedades de moral mucho más puritana como países con una fuerte presencia religiosa. Además de la censura, ha sido duramente perseguido y reprimido llegando muchas obras muchas veces a ser destruidas.
En la Edad Media, aunque parezca mentira no hubo casi actos de censura. Los valores cristianos estaban muy asumidos socialmente por lo que era extraño que algún artista rompiese la reglas morales de la época. El cristianismo solo aceptaba desnudos relacionados con las sagradas escrituras como Adán y Eva o Jesús. Sin embargo, en el Renacimiento la vuelta a la cultura clásica trajo el auge del desnudo. En España, la Inquisición era la encargada de vigilar la correcta ejecución de los principios católicos en las manifestaciones artísticas y de castigarlas si no cumplían las normas del decoro y la moralidad.
Aunque estos actos de censura parezcan lejanos, en pleno siglo XXI, sigue existiendo una gran problemática alrededor de este tema. Los más conservadores siguen aferrándose a los valores tradicionales de siglos pasados mientras que los más progresistas critican el uso del desnudo como sujeto de sexualización, sobre todo para las mujeres, con el fin de cosificar y usarlo como reclamo sexual.
Si hay algo que nos han enseñado la historia del arte es que por mucho que la sociedad evolucione, el desnudo va a seguir siendo tanto objeto de fascinación como de escándalo a partes iguales. Podrá seguir recibiendo múltiples críticas, pero la admiración que hay detrás de él permitirá su existencia a través del tiempo.
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