El amor según Paul Thomas Anderson, primera parte
- Álvaro Cruz Soleto
- 19 dic 2022
- 7 Min. de lectura
El director americano explora el amor romántico en muchas de sus películas, y tiene una visión bastante particular
Aviso: No es necesario haber visto Punch-Drunk Love (2002) antes de leer este artículo. Sin embargo, se comentarán aspectos claves de la trama y la temática de la película. Se recomienda verla antes de continuar.

Paul Thomas Anderson tiene una carrera cinematográfica como pocas. El director y escritor del valle de San Fernando debutó con Hard Eight (1996) y saltó a la fama con Boogie Nights (1997), ambas películas sobre mundos peligrosos (los casinos y la pornografía, respectivamente) donde los personajes principales encuentran su lugar a un precio muy grande. En 1999 estrena Magnolia, un impresionante drama coral de tres horas de duración. Su siguiente película, Punch-Drunk Love (2002), es una comedia romántica protagonizada por Adam Sandler (quien prueba que es un actor que tomarse en serio).
Gracias a Punch-Drunk Love, sus historias y estilo cambian, de centrarse en grandes repartos, filmados con una cámara constantemente dinámica, a explorar profundamente un personaje en concreto con un ritmo más pausado. De este corte tenemos There Will be Blood (2007), The Master (2012), Inherent Vice (2014) y Phantom Thread (2017). Con su último trabajo, Licorice Pizza (2021), Anderson parece sintetizar y encontrar el equilibrio entre ambas maneras de hacer cine.

Sus cintas tratan muchos temas. Los más principales son la “found family”, un grupo de personas sin relaciones de sangre cuyo cariño les une tanto como a cualquier familia, y la identidad personal. Pero este artículo, y otro la semana que viene, se van a centrar en el amor, y en concreto, en el que se encuentra en sus dos películas más claramente románticas: Punch-Drunk Love y Phantom Thread.
Hoy, Punch-Drunk Love, y cómo el amor hace fuerte a los amantes.
La película presenta a Barry (Adam Sandler), un hombre profundamente solitario con problemas de ira que vive dominado por la influencia de sus (siete) hermanas, quienes le han acosado y ridiculizado desde pequeño. Esto ha causado en Barry tener, además, problemas para comunicarse y ser sincero con las personas. Pero, entonces, conoce a Lena (Emily Watson), una compañera de trabajo de una de las hermanas Barry, quien está muy interesada en él. Lena irrumpe en la vida de Barry sin avisar. Su introducción ocurre de manera repentina: ella le deja las llaves de su coche como excusa para conocerlo y tener que volver a verle. Ni se le ocurre presentarse.

La entrada de Lena es paralela a la irrupción de otro elemento en la vida de Barry, un pequeño órgano portable. Este órgano representa como Barry se va a ir desenvolviendo en el amor. Lo dejan en frente de su trabajo sin aparente motivo, y no se molesta en recogerlo. Sin embargo, después de la conversación con Lena, Barry lo deja en su despacho y empieza a tocarlo. Barry hace surgir de él una especie de melodía, pero torpe y algo disonante. Es decir, Barry aún está comenzando en esto del amor.
Más tarde, después de tener un episodio de ira en casa de una de sus hermanas, Barry llama a una línea erótica, no por placer, sino para tener alguien con quien hablar. Pero, para la desgracia de Barry, los de la línea utilizan sus datos para extorsionarle. Barry, inicialmente, ignora sus llamadas, lo cual no hace más que cabrear a los que están detrás de la línea telefónica.
Mientras esto ocurre, Lena le pide salir a cenar. Este detalle es importante, el hecho de que sea Lena quien le pide salir a Barry y no al revés, porque sigue reforzando que Lena es un personaje activo con deseos personales y voluntad propia, y que Barry aún no tiene el valor para realizar ese tipo de acciones. La cita empieza bien, pero Lena le recuerda a Barry un vergonzoso episodio de su pasado que le contó una de sus hermanas, y él tiene un episodio de ira en el baño, lo que lleva a que les echen del lugar. Barry niega que ambas cosas pasaran, tanto la anécdota con sus hermanas como el destrozo del baño. Barry aún no es sincero con Lena.

Afortunadamente, ella sí lo es con él, y es que la sinceridad es uno de los pilares del amor según la película y su director. Es en el restaurante donde aprendemos que la jugada del coche la hizo para conocerle y, más tarde, cuando ya se despiden, Lena llama a la recepción de su edificio mientras Barry pasa por ahí, y le dice que quería besarle al despedirse. Barry vuelve corriendo al apartamento de Lena, pero antes de encontrar la puerta correcta, se pierde un poco por los pasillos. Este pequeño momento es muy efectivo por varias razones: sirve de alivio cómico, construye anticipación antes de su reencuentro, y es una metáfora visual que muestra que Barry sigue explorando lo complicado que es el amor. Pero, finalmente, consigue encontrar el lugar correcto y, nada más abrir la puerta, Lena y Barry se besan. Sin embargo, él aún no consigue ser sincero con ella: le cuenta que no es verdad lo que dicen sus hermanas, que a él no se le cruzan los cables.
Como se ha mencionado antes, la película trata cómo el amor nos hace fuertes, y esto va a ser muy importante en la siguiente escena. Barry es atacado por unos matones, enviados por la línea erótica, y no puede hacer nada ante ellos. Él aún es débil. Se quedan con parte de su dinero y le golpean. Barry intenta escapar pero es inútil, los matones le recuerdan que saben dónde vive. Entonces Barry decide ir con Lena, quien se ha ido a Hawái por trabajo. Barry intenta conseguir un vuelo gratis gracias a una promoción pero no lo consigue. Debido a la frustración, Barry le pega un puño a la pared. Se entristece y podemos observar que las heridas de sus nudillos deletrean la palabra “LOVE”. Puede parecer ridículo, pero casa con el tono de la película y es una manera de decirle al espectador que el amor es fuerza, es violencia y violento, pero hay que saber dirigirlo y gestionarlo, y Barry aún no es capaz.

Pero le queda poco. La canción "He needs me” comienza a sonar, y su significado es bastante claro. Barry necesita a Lena, y se compra un billete a Hawái para estar con ella. La canción suena durante toda la secuencia. Barry llega a Hawái y llama a su hermana para pedirle el hotel donde se hospeda Lena, pero su hermana se mete con él. Por primera vez en toda la película, Barry abandona su pasividad y se enfrenta a su hermana, demandando lo que quiere saber, y, por primera vez, una de ellas le toma totalmente en serio. Barry llama al hotel de Lena y consigue hablar con ella para poder verse. Un pequeño detalle de esta escena es que la luz del teléfono se enciende cuando Lena empieza a hablar y no antes. Lena es, de esta manera, la luz en la vida del protagonista.
Cuando se encuentran, Barry parece que va a darle la mano a Lena, pero ella le abraza y le besa, y así, la secuencia de “He needs me” llega a su fin. Cuando están en la habitación del hotel, tienen un momento de dirty talk con descripciones bastante violentas, una vez más, reforzando esta idea de amor violento y pasional. Barry, por primera, consigue ser sincero con Lena y admite que fue él quien destrozó el baño del restaurante. Más tarde, Lena está hablando con la hermana de Barry y ésta parece mostrar mucho más respeto por él. El amor de Lena y por Lena volvió más fuerte a Barry, quien pudo enfrentarse a sus hermanas y conseguir su respeto.

Barry y Lena vuelven a América, y son atacados por los matones de antes. Esta vez, Barry los neutraliza con facilidad gracias al amor de Lena, quien ha resultado herida. Barry le lleva al hospital, pero tiene que dejarla sola para encontrar al responsable de todo esto. Esto le lleva hasta Utah, donde Barry se enfrenta a Dean (Philip Seymour Hoffman), otro hombre violento que ya ha tenido alguna conversación con Barry por teléfono. Pero, al contrario de lo que cabría esperar, el enfrentamiento no es una pelea, sino un duelo de miradas. Barry le dice a Dean que no quiere pegarle, controlando su ira por primera vez, y le da la opción de dejar las cosas pasar. Le cuenta que tiene un amor en su vida, y que eso le hace más fuerte de lo que él puede imaginar. Dean comprende la situación: este hombre está por encima de él, y es momento de dejarle en paz. Es cierto que tienen un pequeño intercambio de gritos e insultos, pero Dean se acobarda al momento.

Barry vuelve y coje el órgano, el cual ha estado tocando toca la película, haciendo pequeños progresos, para ir a buscar a Lena. Aunque parezca no tener sentido, es normal que Barry lleve consigo el objeto que para él ha simbolizado el amor durante toda la historia, porque esta vez, Barry va a ser totalmente sincero con ella. Cuando llega a su apartamento (esta vez sin perderse, mostrando claramente su evolución), Barry le cuenta todo a Lena sobre la línea erótica y por qué tuvo que dejarla en el hospital. Lena le dice que no puede volver a hacer eso, dejarla de esa manera sin explicación. Esto es un ejemplo de cómo se ponen límites en una pareja, un momento bastante realista en una historia de amor bastante exagerada, y nos dice mucho del tipo de persona que es Lena. Barry lo acepta y promete estar con ella para siempre. La película termina con Barry tocando el órgano con una habilidad bastante decente, mientras Lena le abraza por detrás. Finalmente, Barry ha conseguido ser sincero con su amada y esto ha hecho que por fin domine el amor.

Para concluir, Punch-Drunk Love muestra que el amor suele llegar a la vida sin esperarlo (perspectiva de Barry) o por perseguirlo con confianza (perspectiva de Lena), pero que ya sea de una forma u otra, hay que afrontarlo con sinceridad, hacia uno mismo y hacia la pareja, lo que nos vuelve más fuertes de forma colectiva e individual.
Punch-Drunk Love está escrita de forma magistral, apoyada además por una dirección que necesitaría otro artículo para poder tratarse con justicia. Paul Thomas Anderson nos deja con un arco de personaje que nos enseña el poder de transformación del amor, y cómo eso es algo que todo el mundo necesita.
Sin embargo, esta es sólo una cara de la moneda. Las reflexiones sobre el amor de Anderson no acabarían aquí, y la semana que viene se explorará el reverso de esta idea, que el amor nos vuelve débiles, a través de Phantom Thread.

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