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El dinero corrompe el fútbol europeo

Arabia Saudí ha reclutado a numerosas estrellas europeas, ofreciéndoles un proyecto deportivo en el que lo más interesante es el dinero

Nasser Al-Khelaifi, Mansour bin Zayed y Mohammad bin Salmán, son algunos de los "jeques futboleros". Fuente: Cuatro

En los últimos años, la tendencia en el mundo del fútbol ha comenzado a variar. Antes, los futbolistas aprovechaban sus últimas temporadas antes de retirarse para jugar en ligas menos competitivas, con el objetivo de amasar millonarias cantidades de dinero. Ahora, cada vez más jugadores con todavía muchos años de carrera deportiva al máximo nivel —en torno a los 30 años—, deciden fichar por estas ligas en detrimento de ligas más competitivas.


Los destinos multimillonarios comúnmente elegidos por los futbolistas son Estados Unidos, Japón, Qatar o Arabia Saudí. En la liga de fútbol de este último, la Saudi Pro League, han aterrizado recientemente futbolistas procedentes de otros países. Hace varias temporadas, no era extraño que los equipos saudíes contasen en sus filas con jugadores de diferentes nacionalidades y procedentes de distintas competiciones. Sin embargo, no ha sido hasta este 2023 cuando se ha producido un éxodo de estrellas mundiales a la liga de Oriente Próximo.


El primero de ellos fue Cristiano Ronaldo. El portugués, que ya tiene 38 años y está en los últimos años de su carrera, fichó por el Al-Nassr tras unos últimos meses en el Manchester United marcados por las desavenencias con Erik ten Hag. Ronaldo ha manifestado en varias ocasiones que “la liga saudí puede convertirse en una de las cinco mejores del mundo”, provocando un efecto efervescente entre otros jugadores top mundiales. Otros ejemplos de futbolistas, con una media de edad de 31 años, que han apostado por jugar en la Saudi Pro League han sido Karim Benzema, tras una carrera espléndida en el Real Madrid; Riyad Mahrez, quien ha conseguido el triplete con el Manchester City; Roberto Firmino y Fabinho, ambos procedentes del Liverpool; y Kanté, Koulibaly y Mendy, desde el Chelsea.


Cristiano Ronaldo en su presentación con el Al-Nassr. Fuente: El País

No contentos con eso, los saudíes van también a por las estrellas mundiales más jóvenes. Para paliar la escasa competitividad de su liga doméstica, lo contrarrestan con unos salarios desorbitados e irrechazables. Allan Saint-Maximin, futbolista francés de 26 años, ha fichado por el Al-Ahli después de 4 temporadas en el Newcastle United, equipo cuyo dueño casualmente es el Fondo de Inversión Pública saudí (posee el 80% de las acciones). Durante este mercado de verano, Kylian Mbappé también ha sido tentado por el Al-Hilal con una oferta que se acercaría a los 700 millones de euros. Con lo que no contaban los saudíes era con la negativa de Mbappé, que ha antepuesto luchar por títulos más importantes —todo parece indicar que con el Real Madrid— a convertirse en el deportista mejor pagado de la historia.


¿Cómo y por qué están atrayendo a tantos futbolistas para jugar en su liga? Básicamente, con dinero. Dinero que, ya de por sí, posee Arabia Saudí debido a las reservas de petróleo y gas natural. Y esto no es todo, ya que el Fondo de Inversión Pública saudí se ha hecho con el 75% de los cuatro clubes principales del país: Al-Nassr, Al-Ittihad, Al-Hilal y Al-Ahli. Para aquellos que hayan jugado al modo Carrera del FIFA, esto equivaldría al espaldarazo financiero. Con el fin de conocer el poder que tiene el FIP, es conveniente recordar que este fondo de inversión es también propietario del circuito de golf Super Golf League, competición que generó mucha polémica por su intención de “comprar” a los mejores golfistas a base de talonario.

Además, la ausencia de un órgano regulador como el Fair Play Financiero de la UEFA, permite a los clubes saudíes proponer ofertas de fichajes y de salarios muy por encima de lo normal. Si no pueden competir deportivamente con las ligas europeas, en términos económicos están en otra galaxia a la hora de convencer a los jugadores.


El FIP ha facilitado enormemente los fichajes de jugadores como Firmino, Benzema o Brozović. Fuente: Marca

En el marco geopolítico, también hay un motivo que responde ante la estrategia que está siguiendo la Saudi Pro League y, por consiguiente, Arabia Saudí. Catar, uno de los “rivales” de Arabia Saudí en el Golfo Pérsico, fue el anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol de 2022. Los fichajes de tantas estrellas mundiales supondría poner en el mapa a Arabia Saudí y promocionarlo como un país cuyos ciudadanos gozan de libertades, con el objetivo de ser un candidato legítimo para albergar un evento futbolístico de tal calibre. Si estos países quieren competir contra candidaturas con más tradición futbolera, una de las formas es utilizando el dinero para fichar futbolistas y mejorar la escasa infraestructura.


El emir de Catar con el príncipe heredero saudita. Fuente: El Correo del Golfo

Los árabes millonarios tienen la mala costumbre de creer que todo se puede comprar. Es cierto que el dinero es un factor clave en la vida, pero también lo es la felicidad, aunque suene a tópico. A pesar de que cada vez haya más jugadores que jueguen en estas ligas, siempre habrá quienes prefieran oír el himno de la Champions a tener una cuenta de banco con dígitos y muchos ceros.

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