¿El Newcastle es equipo de Champions League?
- Gabriel Esteban
- 12 may 2023
- 6 Min. de lectura
Los nuevos magpies van a necesitar una única temporada completa para entrar en el top 4 de la Premier League
El Newcastle United de Eddie Howe está a punto de meterse en puestos de Champions League en la primera temporada completa de Mohammed bin Salman como propietario del club. El príncipe heredero de Arabia Saudí ha cambiado la cara por completo a los magpies, que hace apenas un año y medio luchaban por mantener la categoría.
El proyecto de Mike Ashley había muerto varios años atrás. La falta de inversión se tradujo en una plantilla destinada al descenso. Steve Bruce no conseguía que el equipo obtuviera resultados. Ni jugaban bien, ni construían cimientos de cara al futuro. Las infraestructuras necesitaban una remodelación urgente, y el propietario solamente quería promocionar su verdadero negocio, Sports Direct. Como dijo Andrew Musgrov, periodista cercano a la entidad, en una entrevista para La Media Inglesa, el Newcastle se limitaba a existir como equipo de fútbol.
La institución, por ende, llevaba en venta desde 2017 (aunque se dice que desde 2007 podría haberse vendido por un buen precio). Muchas ofertas llegaron, pero no fue hasta 2020 cuando Mike Ashley decidió aceptar la proposición de Arabia Saudí; aunque tuvieron que esperar hasta octubre de 2021 a que la entidad cambiara de manos, en favor del fondo soberano saudí. Los nuevos dueños pasaron ‘los controles’ de la liga y se consideró a esas figuras desligadas del Estado saudí, para sorpresa de todos. Hay que tener en cuenta que NO se puede tener un club bajo el mando de una nación, y pese a que varias de las figuras que pertenecen al Estado se harían cargo del Newcastle (6 ministros, un consejero real y el príncipe Mohammed bin Salman como presidente de este fondo soberano), la liga aceptó las alegaciones que probaban la inexistencia de relación entre el PIF (Public Investment Fund) y Arabia Saudí.

Miles de aficionados salieron a las calles para celebrar la venta del club, hartos de la gestión anterior y expectantes por ver el futuro que les depararán los nuevos dueños, que han convertido la institución en la más rica del mundo. Al final, los fans no pueden elegir quién adquiere el equipo de fútbol de sus amores, y el hecho de aceptarlo y apoyarlos no significa que estén de acuerdo con lo que ocurre en aquel país (relacionado con los derechos humanos). Una cosa está clara: los saudíes no han comprado el Newcastle United ni para perder el tiempo ni como juguete. Ellos quieren ver a las 'urracas' en Europa, luchando por títulos nacionales e internacionales.
Por esa misma razón, la primera decisión tomada por la nueva directiva fue la de destituir a Steve Bruce en favor de Eddie Howe, ex entrenador del Bournemouth. Los magpies, bajo su mando, ganaron el primer partido de aquella temporada ya en diciembre (4 meses después del inicio de la competición). En enero, en el primer mercado de fichajes en el que los saudíes pudieron participar, el equipo se reforzó en todas las áreas del campo. Targett, Burn y Trippier en defensa, Bruno Guimarães en el medio y Wood en punta. A pesar de los rumores que situaban a las grandes estrellas del mundo del fútbol en el Newcastle, se prefirió optar por jugadores contrastados de un perfil más bajo, pero que pudieran rendir de mejor manera para salvar al club del descenso, proponiendo un gran proyecto a medio-largo plazo.
Esa temporada terminó con el equipo salvado en la undécima posición, tras una segunda vuelta totalmente espectacular, en la que sólo se falló contra el big 6. Eddie Howe hizo un trabajo prácticamente perfecto, encajando las nuevas piezas y sacando el máximo potencial de las que ya estaban. Un gran ejemplo de ello es Joelinton, que pasó de ser un delantero centro sin gol a un centrocampista recuperador y con gran despliegue físico.

Ya en el mercado veraniego, la directiva reforzó la portería con Pope, aprovechando una oportunidad de mercado; la defensa con Botman, ganando la carrera al AC Milan; y dio el campanazo pagando la cláusula de 70 millones de euros de Aleksander Isak para la delantera. El PIF mantenía la misma política de fichajes en el mercado estival, reforzando las posiciones más débiles con nombres que quizás no eran tan conocidos o mediáticos, pero que han dado un rendimiento inmediato. Un único fichaje por encima de los 50 millones de euros, en lo que es la gran apuesta de la directiva, y la excepción que confirma la regla en el mercado.
En la temporada 22/23, los magpies empezaron a funcionar desde el primer partido liguero, pese a un bajón de rendimiento de cinco empates y una derrota en los siguientes seis partidos. Tras la mala racha, todos sus partidos se pudieron contar por victorias (salvo un empate ante el Manchester United) hasta el parón por el mundial de Qatar, colocándose en puestos de Champions, por detrás de los dos contendientes al título. En 2023, el Newcastle mantuvo el ritmo para continuar en tercer lugar. Ya no se puede hablar de ‘rachas’ o de ‘buena suerte’.
Con cuatro partidos para finalizar la temporada, el Newcastle United es virtualmente un equipo que jugará en Champions League el próximo año (salvo bajón de rendimiento de las 'urracas' y gran final de campaña de Liverpool y Manchester United). 18 victorias, 11 empates y 5 derrotas es el balance de los magpies, que basan su estilo de juego en ser la defensa menos goleada de la liga. Tampoco se quedan atrás en la zona atacante, marcando casi dos tantos por partido. ¿Cuáles son, entonces, sus claves?
El conjunto de Eddie Howe se caracteriza por alternar el ataque posicional con las transiciones rápidas y el juego directo. Sin embargo, la verdadera clave de todo está en la intensidad imprimida en cada duelo, la presión y, sobre todo, en la presión tras pérdida. Con centrales como Botman y Schar, el Newcastle tiene la posibilidad de adelantar la línea y defender en un espacio muy reducido, en el que aprovechan su gran capacidad física y las imprecisiones contrarias para robar en tres cuartos de campo y llegar antes a la portería para marcar gol.
Cuando no pueden robar en zonas adelantadas del campo, o deben construir ellos mismos la jugada, suelen mover mucho el esférico con velocidad, pero también paciencia, gracias, en gran medida, a Bruno Guimarães: el ancla del equipo. Al mover la pelota de un lado al otro, buscan generar espacios, tratando de que el rival no bascule lo suficientemente rápido. Los extremos, de esta manera, consiguen situaciones de uno para uno con ventaja, pues la ayuda nunca llega. Pero el gran peligro se encuentra por la derecha, un poco más atrás. Trippier es el verdadero generador de jugadas. Por sus pies pasan todos los ataques del Newcastle, que buscan acabar siempre por dentro para el delantero o la llegada de los interiores, tanto con balones filtrados como con centros al corazón del área.

Los goles están muy repartidos, entre Wilson, Almirón e Isak, con 15, 11 y 10 goles, respectivamente. Este es un club al que le sale todo, con goleadas como el 6-1 al Tottenham o el 1-5 al Brentford, pero también son capaces de lo peor (en menor medida que años anteriores), con derrotas como el 3-0 del Aston Villa o ambos partidos contra el Liverpool, el único equipo contra el que no ha podido puntuar este año.
La línea defensiva, por otro lado, encaja muy pocos goles, siendo capaces de neutralizar a los mejores delanteros de la liga, a base de ganar duelos gracias a la intensidad con la que luchan cada balón. Botman y Schar han sido una pareja de centrales muy fiable para Eddie Howe, encontrando la gran estabilidad que se buscaba desde hace años en el noreste de Inglaterra. Por detrás, además, tienen un portero de garantías. Suplir a Dubravka no era fácil, siendo el mejor jugador del Newcastle en los últimos 5 años; pero Pope ha conseguido dejar atrás el recuerdo del eslovaco con actuaciones memorables. Probablemente sea el guardameta menos estético de la Premier, pero pocos son capaces de transmitir más seguridad y parar mejor que él.
Eddie Howe ha conseguido crear un grupo muy competitivo, que sobresale en todas las líneas del campo, tanto de manera individual como colectiva. Atrás quedan los años en los que el Newcastle United luchaba por mantenerse en la Premier League o, en su defecto, volver a primera división. Y este es sólo el comienzo. Ya han tenido la oportunidad de ganar un trofeo, la Carabao Cup, perdiendo la final contra el Manchester United, y muy seguramente acaben tocando metal en los próximos años.
Quizás esta sea la alternativa al Manchester City en las próximas temporadas en la liga inglesa, que domina las competiciones nacionales gracias a la irregularidad de sus máximos competidores. El Newcastle ha llegado para quedarse, y la propiedad saudí no descansará hasta llevar al club inglés a lo más alto del fútbol mundial.
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