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El porqué de las primarias en Venezuela

Actualizado: 1 nov 2023

La expectativa de cambio resurge en Venezuela luego de las elecciones primarias de la oposición celebradas el 22 de octubre pero, ¿cuál ha sido el recorrido hasta ahora?


Venezuela se encuentra sumergida en una crisis humanitaria compleja, con cifras que pueden ser comparables a las de cualquier país que supera los horrores de la guerra. Dicha crisis nace junto al ascenso al poder de Hugo Chávez y su “Socialismo del siglo XXI” que se ha enquistado en el poder, controlándolo aun después de su fallecimiento, lo que ha llevado a los venezolanos a una lucha incesable por rescatar su democracia.


El gobierno de Chávez fue cuestionado desde sus inicios por sus prácticas autoritarias, populistas y demagogas, derivando al país a una grave tensión política, con diversos intentos fallidos para deponer al régimen socialista. En 2012, Chávez se enfrentaba a las elecciones presidenciales más reñidas desde su ascenso al poder. La oposición, denominada como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organizó por primera vez unas primarias unitarias donde cinco precandidatos adversos al régimen de socialista se midieron, resultando ganador el gobernador del Estado Miranda y expresidente del congreso, Henrique Capriles Radonski, líder del partido Primero Justicia.


Hugo Chávez Y Henrique Capriles en la campaña presidencial de 2012. Fuente: Diario Carta Capital.

No obstante, a pesar de los esfuerzos por construir una plataforma unitaria capaz de derrotar a Chávez en las elecciones presidenciales, el candidato oficialista retuvo el control político con el 55% de votos frente al 44% obtenido por Capriles. A pesar de ello, la salud de Hugo Chávez decayó gravemente a mediados de 2012 a consecuencia de un cáncer de colon, por lo cual viajaría a Cuba a tratar su enfermedad indicando que en caso de no superarla le pedía al pueblo venezolano que votase por el Nicolas Maduro, quien fungía como vicepresidente, como su sucesor. Así pues, el 5 de marzo del 2013, el vicepresidente en funciones, Maduro, anunciaba a través de los canales públicos que Chávez habría muerto en La Habana tras sufrir un infarto fulminante.


Así el 9 de marzo de 2013, el Consejo Nacional Electoral (CNE) convoca una nueva cita con las urnas a celebrarse en los próximos 30 días, contienda que enfrentó a Nicolas Maduro como sucesor de Chávez y abanderado del PSUV, y el propio Henrique Capriles nuevamente representando la MUD. Las elecciones presidenciales del 2013 se desarrollaron en un ambiente hostil, finalizando con una victoria de Nicolas Maduro con el 50.61% frente al 49.12% de Henrique Capriles, resultados que causaron desconfianza en el venezolano y le fueron denunciados como fraude electoral por una serie de políticos y organizaciones venezolanas e internacionales. Sin embrago, las denuncias no lograron proseguir y Nicolas Maduro asumió el poder el 19 de abril.



Maduro junto a la hija del expresidente Chávez en la celebración por su triunfo en 2013. Fuente: La Vanguardia.

Con Maduro al poder, la situación venezolana continuó rumbo al fracaso. El país entró en la mayor hiperinflación en la historia de la región, junto a una grave escasez de alimentos y productos de primera necesidad, a la par de que la infraestructura nacional como hospitales, escuelas, universidades o autopistas sufría un deterioro sinigual. Por su parte, la tensión política no paró de incrementarse. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el partido de gobierno, comenzó a inhabilitar inconstitucionalmente y/o perseguir a los principales líderes regionales y nacionales de la oposición.


A pesar de las presiones del gobierno por reducir la participación de la oposición, las elecciones a la Asamblea Nacional en 2015 marcaron un hito sin precedentes por la lucha de un cambio de gobierno, pues por primera vez desde la llegada del “chavismo” al poder, la oposición lograra una mayoría absoluta en la cámara con la proeza de sacar a Maduro del poder. Esto desencadenó una rivalidad política mucho más acérrima, el gobierno impugnó las elecciones por presuntas irregularidades con los diputados indígenas de la oposición, por lo cual el TSJ declaró a la Asamblea Nacional en desacato, minimizando así el poder que constitucionalmente tiene la institución.


Con el pasar del tiempo la tensión social fue incrementando, tanto así que para 2017 se desató una fuerte olas de protestas a nivel nacional durante 134 días, que fueron fuertemente reprimidas por los aparatos del Estado, dejando un saldo de más de 150 muertos, 15000 heridos y cerca de 3000 detenidos, entre ellos estudiantes, madres, ancianos, políticos y sindicalistas. A pesar de ello, el objetivo de deponer a Maduro de su cargo mediante las manifestaciones fracasó y con ello la crisis humanitaria continuó agravándose.


Con la llegada del 2018 se aproximaban nuevas elecciones presidenciales, sin embargo, los principales líderes opositores se encontraban inhabilitados, encarcelados o en el exilio. Sumado a ello, el TSJ retiro la capacidad jurídica de participar en elecciones a los principales partidos políticos. Asimismo, el CNE generaba grave desconfianza en la ciudadanía, y las máquinas digitales con las que son realizadas las votaciones en Venezuela no contaban con los debidos controles de transparencia.


Además, la empresa responsable Smartmatic había sido acusada por organismos internacionales de apoyar la consolidación de diversos fraudes electorales en venezuela desde la llegada de Hugo Chavez. Dadas las circunstancias, las elecciones se desarrollaron entre candidatos cómodos y placenteros para el régimen, con una tasa de abstención altísima según los sondeos independientes, donde el régimen tuvo que inflar las cifras de participación, dando a Nicolas Maduro la victoria con un 67.8% de los votos.



Manifestantes venezolanos durante las protestas de 2017. Fuente: El País

En 2019 la oposición, declarando como fraude electoral las pasadas elecciones del 2018, tuvo una nueva oportunidad de enfrentar al régimen de Maduro. Tras la interpretación de una serie de artículos constitucionales Juan Guaido, el presidente de la Asamblea Nacional de mayoría opositora se juramentaba como presidente encargado de Venezuela, con el mandato claro de revocar a Maduro de su cargo. Fueron más de dos años en el que Guaido fungió como líder de la oposición al frente de la presidencia interina, sin embargo, aun con el apoyo de los Estados Unidos y más de 60 países, un pequeño levantamiento militar y la movilización y manifestación pacífica ciudadana, Maduro logró retener su poder, encarcelando, persiguiendo, inhabilitando y asesinando a sus opositores.


Así hemos visto cómo a lo largo de los años, el pueblo venezolano ha intentado por diversos medios remover a Nicolas Maduro del poder, no obstante todos estos intentos han sido hábilmente ahogados por la cúpula oficialista, llevando al venezolano a la frustración y el dolor de ver cómo su país se destruye por las manos del desgobierno que lo oprime. No obstante, esta frustración no recae únicamente en el gobierno, los venezolanos también han estado hartos de la clase política opositora que ha liderado los diversos intentos de cambio sin lograr ningún éxito. Es por ello que la Mesa de la Unidad Democrática, con vistas a las elecciones presidenciales del 2024 como establece la constitución de la república, decidió realizar un proceso de elección primaria, donde se le consultoría al venezolano, quien quisiera que fuera su candidato para enfrentar a Maduro en 2024, buscando así la legitimidad popular que no se alcanzaba desde 2012.



Juramentación de Juan Guaido como presidente interino de Venezuela, 2019. Fuente: El Mundo.

De esta manera, se constituyó la Comisión Nacional de Primaria (CNP), el órgano encargado de crear este proceso consultivo integrando a la mayor parte de partidos, líderes sociales y políticos, organizaciones de la sociedad civil, gremios y sindicatos opositores al régimen. A través de una tarea titánica la CNP logró consolidar una fecha para la realización de las primarias. Este proceso contaría con el voto de los venezolanos en el exterior, un derecho constitucional violado por el régimen de Maduro, y la presencia inicial de 13 precandidatos, entre ellos el propio Henrique Capriles, excandidato presidencial e inhabilitado por el TSJ, y Maria Corina Machado, líder de la facción más radical de la oposición y quien también fue inhabilitada para ejercer cargos públicos por el TSJ.


El proceso de primarias fue rápidamente cuestionado por el régimen y sus personeros se movilizaron buscando la ilegalización de las mismas, manipularon a diferentes instituciones del Estado y a la propia CNP buscando su implosión. Sin embargo, la primaria siguió a flote, y a pesar de las amenazas, el domingo 22 de octubre de 2023 se realizaron en Venezuela y en 31 países, entre ellos España.


La participación, señalaban los más optimistas, iba a rondar el millón y medio de votantes, con la oposición de 10 candidatos; María Corina Machado de Vente Venezuela; Carlos Prosperi del histórico partido Acción Democrática; Andres Caleca último rector del CNE antes de Chavez; Delsa Solorzano de Encuentro Ciudadano; Tamara Adrian primera precandidata trans a una elección presidencial; entre otros minoritarios. Otros candidatos como Henrique Capriles de Primero Justicia, Freddy Superlano de Voluntad Popular se retiraron de la contienda, aunque manteniendo su apoyo en el proceso.


Precandidatos a las primarias durante el evento "Hablan los Candidatos". Fuente: El Mundo.

La tendencia para las primarias parecían claras, María Corina lideraba todas las encuestas con más del 70%, seguida por Prosperi quien contaba con las maquinarias electorales tradicionales con aproximadamente un 15%, el 15% restante se repartía entre los demás candidatos. Sin embargo, la noche del 22 de Octubre los resultados fueron aún más claros, resultando ganadora con más del 92.56% de los votos, con una participación de más de 2.3 millones de electores, sobrepasando todas las expectativas.


A la par que sucedían las primarias, una comisión del gobierno de Maduro, junto a un grupo de representantes de la MUD llevaban a cabo en Barbados una mesa de negociación arbitrada por el Reino de Noruega, con vistas a ponerle una solución pacífica al conflicto venezolano, alcanzando acuerdos como la liberación progresiva de presos políticos, la habilitación de candidatos, el libre desarrollo de las primarias etc. Todo ello a cambio de que el gobierno de Estados Unidos levantara las sanciones a la economía venezolana.


Aunque buena aparte de estos acuerdos hayan sido alcanzados, la abrumante victoria de María Corina en las primarias, junto a la esperanza despertada y la movilización alcanzada, lograron incomodar a la cúpula de gobierno, quienes ya han comenzado a señalar supuestas irregularidades en el proceso de elección primaria, condenando al proceso y sus organizadores, quienes hoy son víctimas de amenaza de detención por parte del Estado y sus personeros. Por su parte, los integrantes del régimen han señalado que bajo ningún concepto levantaran la inhabilitación a María Corina Machado y han comenzado a romper los demás acuerdos alcanzados en Barbados.


Discurso de María Corina Machado luego del primer boletín de resultados de las elecciones primarias. Fuente: RTVE.

El proceso de elección primaria se volvió mucho más que una consulta popular, logrando despertar la expectativa de cambio en un país que se sentía condenado al fracaso. El liderazgo de María Corina ha vuelto a despertar la ilusión por el cambio y ha logrado movilizar a millones de venezolanos dentro y fuera del país para un proceso que democráticamente legítima su liderazgo, hazaña que el país no vivía desde hace once años cuando Capriles Radonski salía victorioso de unas primarias que también tuvieron a Maria Corina como tercera candidata más votada.


La lucha por el cambio político en Venezuela acaba de empezar, aún son muchos obstáculos que superar para llegar al 2024. No obstante, María Corina ha logrado darle un sentido más que electoral a este proceso, lo ha tildado de una “lucha espiritual” entre el bien y el mal, entre la Venezuela futura y próspera frente a la actualidad triste y empobrecedora. Venezuela ha vivido una serie de fracasos que han desgastado al venezolano en su lucha por rescatar la democracia, pero las primarias que le devolvieron el poder al ciudadano y a su voto, han logrado despertar nuevamente la expectativa de cambio que necesitaba el país para continuar su lucha hacia una transición a la democracia.


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