La cuesta de enero, una maldición del pasado
- Uxía Blanco Pérez
- 6 ene 2023
- 3 Min. de lectura
El gobierno presenta las medidas económicas para hacer frente a la inflación que entraron en vigor el 1 de enero de 2023.
"Inflación" ha sido una de las palabras que más se ha escuchado en el ya pasado, 2022; de hecho, la Fundación del Español Urgente o FUNDEU, por sus siglas, estuvo a punto de nombrarla palabra del año – aunque, a falta de una, finalmente escogió dos: inteligencia artificial.
Dicha “elevación del nivel general de precios”, como la define la propia RAE, alcanzó, tal y como apunta Cinco Días, los dos dígitos en el mes de junio, un 10,2%, la cifra más alta desde 1985. La inflación subyacente, que no incluye los precios de alimentos no elaborados (materias primas) ni el coste de la energía, se ha estabilizado en niveles similares a los meses anteriores, el 6,3% tal y como indica El Español. De hecho, los alimentos que más se han encarecido han sido: el azúcar (50,2%), los cereales (37,6%), la mantequilla (37,5%), la leche entera (30,9%) y los huevos (27,1%).

Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Durante la pandemia, tanto los niveles de producción de las empresas, como la demanda de los ciudadanos se mantuvieron equilibrados. Sin embargo, al salir del confinamiento, el consumo se aceleró, por lo que la oferta no pudo satisfacer toda la demanda y se produjo un encarecimiento de los precios. Explicado de una forma sencilla: se produjo una situación en la que existía mucha demanda y poca oferta. Pero a pesar de lo sorprendente que pueda parecer este suceso, lo cierto es que los expertos ya lo advirtieron durante la propia pandemia.
La inflación también supone un dolor de cabeza para el propio gobierno: subir las pensiones en la misma medida que el IPC supondría una inversión de 13.000 millones de euros en 2023. Pero no todo es negativo, porque esta situación beneficia a la balanza comercial española ya que favorece las importaciones frente a las exportaciones. Además, aumenta la recaudación de impuestos: cada punto de inflación supone, aproximadamente, 2.000 millones de euros de recaudación adicional para el Estado.
Ante esta subida generalizada de los precios, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunció nuevas medidas que entraron en vigor el 1 de enero del 2023, año marcado por la celebración de elecciones municipales, autonómicas y generales. Dichas medidas, tendrán un impacto de hasta 10.000 millones de euros, que se suman a los 35.000 millones ya aportados en planes anteriores. “Son 45.000 millones que ponemos para hacer frente al coste de la vida y de los alimentos”, ha asegurado el presidente del Gobierno, quien también ha dado a conocer el cheque de 200 euros que pone a disposición de las 4,2 millones de familias vulnerables que no perciben el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y cuyas rentas son inferiores a los 27.000 euros.
Para compensar el elevado precio de los fertilizantes y ayudar a los agricultores, se ha impulsado una ayuda directa de hasta 20 céntimos por libro en el gasoil. Esto supondrá un coste de 240 millones de euros, a los que se les tendrán que sumar los 120 millones de ayudas para los pescadores.
Asimismo, Sánchez ha anunciado una rebaja temporal de seis meses del IVA de alimentos de primera necesidad del 4% al 0%, mientras que el aceite y la pasta pasarán del 10% al 5% y la electricidad del 10% al 5%.
En cuanto al transporte, no ha habido muchas sorpresas porque las medidas ya estaban incluidas en los Presupuestos Generales del Estado: se han prorrogado los abonos gratuitos que, solamente, entre septiembre y diciembre han disfrutado cerca de 2,2 millones de usuarios para viajar en Cercanías, Media Distancia y Rodalies.
Así, todas estas medidas tienen dos objetivos: por un lado, "limitar el incremento de los precios de la alimentación y lograr limitar también el impacto sobre las familias en general y, sobre todo, en las familias con menor capacidad adquisitiva", explicó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
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