Las cálidas y mortales aguas del Mediterráneo
- Uxía Blanco Pérez
- 28 mar 2023
- 3 Min. de lectura
Los dos cuerpos sin vida pescados en Dénia han puesto en evidencia la peligrosidad del Mediterráneo, mar por el que la mayoría de inmigrantes deciden acceder en precarias embarcaciones a una mejor vida en Europa
La semana pasada, dos barcos pesqueros del puerto de Dénia, en Alicante, han capturado los cuerpos sin vida de dos varones, uno de 20 años y otro de unos 35 o 40 años. Ambos tenían rasgos árabes y ningún tipo de identificación. La principal hipótesis es que podrían ser inmigrantes que han intentado llegar a España en una patera que ha naufragado, aunque también se baraja la posibilidad de que se hayan precipitado al mar.
Los informes más recientes se decantan por la primera opción, en la que los cuerpos se habrían quedado enganchados en las redes mientras los barcos faenaban a una distancia de entre 5 y 7 millas de distancia de la costa. El primero de los barcos, llamado "Miguel e Isabel", llegó al puerto el jueves 23 a las 11:30 de la mañana y, el segundo, "El Montgó", lo hizo unas horas después, hacia la media tarde del viernes. Los marineros de ambas embarcaciones se mostraron muy conmocionados al reencontrarse con sus compañeros y familiares.
Tanto la Guardia Civil como los jueces de guardia se han desplazado hasta el muelle para realizar el levantamiento de los cadáveres, pendientes de la autopsia, al conocerse el suceso. Desgraciadamente, estos sucesos no han sido aislados, ya que en las últimas horas se han producido múltiples rescates en la costa mediterránea, especialmente en el Estrecho, Almería y Formentera. Entre el pasado jueves 16 y el viernes 24 de marzo, se han rescatado treinta y tres inmigrantes en estas aguas. Concretamente, catorce frente a la costa de Carboneras en Almería, ocho en barcas hinchables de juguete cerca del Estrecho y once más en la costa de la isla de Formentera.

LA INMIGRACIÓN EN EL MEDITERRÁNEO.
La corta distancia que separa la costa africana con la europea hace que muchos migrantes se aventuren a intentar cruzar el mar en embarcaciones realmente precarias, lo que hace que ninguna de las rutas que cruzan el Mediterráneo se pueda calificar como segura. El número de muertes ha ido variando en el tiempo, siendo la ruta del Mediterráneo central -Italia, Malta, Francia y España- la más mortal. En 2021 se han hundido en sus aguas 1553 personas de un total de 2026.


Precisamente, y para intentar reducir al máximo estas desgarradoras cifras, en noviembre de 2015 la Unión Europea creó el Fondo Fiduciario de Emergencia para África con el objetivo de acabar con la migración irregular, contribuir a una mejor gestión de los desplazados y proteger a las personas más vulnerables. El presupuesto global de dicho Fondo asciende a más de 5000 millones de euros.
En noviembre de 2022, con el aumento de las migraciones, se presentó un "Plan de Acción sobre el Mediterráneo Central" con veinte medidas pensadas para ofrecer soluciones a los nuevos retos en el ámbito de búsqueda y de rescate, así como reforzar la solidaridad entre los Estados miembros y sobre todo favorecer que los países que no tengan costa acojan. Así, en los sucesivos meses se puso en marcha una iniciativa conjunta con la Unión Africana, organización internacional creada en África a semejanza de la UE, mediante la cual se pretende formar a los guardacostas, dar a poyo a las comunidades locales y mejorar la gestión de fronteras, lugar especialmente peligroso para los inmigrantes, ya que es el lugar en donde las mafias se aprovechan para traficar con ellos.
Un buen ejemplo es la desgarradora historia de Mamoudou, compartida por tantas personas que son salvadas por las embarcaciones de rescate como la italiana, "Dattilio". Este guineano relata que en la frontera libanesa, los refugiados y migrantes se venden por poco más de 300 dólares: “Si te quedas, ellos vendrán todos los días para hacerte cosas malas. Un día, ellos te matarán”. De hecho, otro de los pasajeros del mismo barco ha narrado cómo, tras ser secuestrado y torturado durante meses por una pandilla callejera en Libia, se ha quedado sordo.
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