Prioridades económicas para Europa en 2023
- Abel Gómez Arévalo
- 8 feb 2023
- 3 Min. de lectura
Nadia Calviño, Vicepresidenta Primera del Gobierno de España y Ministra de Economía, y Fernando Medina, Ministro de Finanzas de Portugal, debaten sobre los retos económicos a los que se enfrenta la Unión Europea
Esta conversación tuvo lugar en el Ministerio de Asuntos Económicos, el pasado lunes 6 de febrero, y estuvo organizada por el Real Instituto Elcano, que es un organismo independiente dedicado al estudio de las relaciones internacionales. Ambos líderes económicos tuvieron quince minutos de ponencia individual, para finalizar con un debate de media hora.
En todo este tiempo, los dos diseccionaron la situación económica actual de la Unión Europea desde el punto de vista de cada país, que aún siendo divergentes en diferentes aspectos, ambos líderes definieron la relación entre España y Portugal como una hermandad, bajo el nombre de Iberia. Esta hermandad, según Nadia Calviño viene dada por la sintonía de ideas y valores de ambos gobiernos, considerados progresistas, y por la gran relación que guardan Pedro Sánchez y António Costa, Primer Ministro portugués.

La Vicepresidenta siguió su intervención realzando el gran impacto de las políticas económicas tomadas por ambos países, además de recordar el éxito que supuso que la Unión Europea aceptara el plan que ambos propusieron para la rebaja del coste del gas. A continuación, instó a tomar un punto de vista integral, cuando se debata sobre los retos económicos europeos de hoy en día. Con esto, advierte sobre el posible debilitamiento de ciertos consensos a los que los países miembros han llegado en los últimos años, en pos de solucionar los problemas actuales.
Siguiendo con este argumento, Calviño pone especial atención en proteger aquellos elementos que han hecho a Europa poderosa, como puede ser la regulación conjunta del gas con el fin de abaratar los altos precios del mercado, o el mercado interno que goza la Unión Europea, del que todos los miembros salen beneficiados. Para finalizar, recordó la vital importancia y potencial de la unión Iberia, de ser una parte esencial a tener en cuenta en todo debate dentro de la Unión Europea.

A Calviño le siguió Fernando Medina, quien al igual que su compañera, destacó la gran relación que existe entre ambos países. Asimismo, enfatizó los éxitos que ha ido acumulando la Unión Europea al hacer frente a la pandemia y la guerra en Ucrania. Según el portugúes, todos estos éxitos han demostrado la gran resilencia y unión de la confederación, que ha logrado evitar la recesión y cambiar el suministro de gas, sin olvidarse de inversiones sociales para familias y empresas.
No obstante, Medina ahondó más en los retos que afronta la Unión Europea y las posibles soluciones que se debaten actualmente, queriendo así esquivar el conformismo que los buenos resultados puedan producir. En primer lugar enumeró los problemas a los que se debe hacer frente: inflación, bajo crecimiento del PIB y el impacto de políticas monetarias. Además, la Unión Europea se enfrenta a retos estructurales a la hora de tratar temas como el cambio climático o la innovación tecnológica.
Como posibles soluciones, Medina propone, en primer lugar, incrementar las políticas industriales con el objetivo de potenciar el euro como moneda de referencia mundial, además de incrementar la competitividad de Europa en el plano internacional. En segundo lugar, insta a elevar la sincronización de todos los países miembros, que tan buenos resultados han demostrado en el último periodo de crisis, para que, de esta manera, poder hacer doblegar el impacto del cambio climático. Por último y el punto que reviste más importancia, es la propuesta de la creación de un fondo presupuestario fijo, que tenga como propósitos la inversión pública, la unión del mercado capital de todos los países y el de convertirse en un estabilizador macroeconómico ante crisis.

En la parte final de la conversación, donde ambos líderes se sientan a debatir de una forma más distentida el tema de la conversación, simplifican la problemática en tres puntos. El primero de ellos, son las neuvas reglas fiscales que la Unión Europea desea adoptar. El segundo, la respuesta como una única entidad ante las recientes acciones de la administración estadunidense. Y, en tercer lugar, la creación de fondos presupuestraios conjuntos como los Next Gen, lo que libera a los Estados de hacer frente a ciertas inversiones necesarias para la competividad de la confederación, y que, sin la existencia de estos, se podrían dar desigualdades entre los países miembros.
En definitiva, esta conversación se puede resumir en la sincronización y cooperación como solución para conseguir el consenso de la Uníon para tomar políticas que eleven la competividad de Europa, sin olvidarse de invertir en asuntos sociales y hacer frente a la, cada vez más cercana, crisis del cambio climático.
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