Propósito para 2024: salvar el planeta
- Uxía Blanco Pérez
- 20 dic 2023
- 6 Min. de lectura
Cada vez son más las propuestas que, desde las organizaciones intrernacionales como la Unión Europea, hasta los consumidores, se proponen para reducir el consumo de recursos y garantizar la supervivencia del planeta
¿Qué es el movimiento Zero Waste?
Zero Waste es la traducción literal del inglés del movimiento “Residuo Cero” que pretende reducir al máximo los residuos, especialmente aquellos que producen un impacto negativo en el medio ambiente, como los plásticos. Aunque se ha puesto más de moda en los últimos años, su origen data de la década de los 80, gracias a la firme decisión de la activista ambiental y escritora Bea Johnson de querer dejar un mundo más sostenible para sus hijos.
Este movimiento se centra en la aplicación de las mundialmente conocidas “erres” que, a diferencia de lo que muchos usuarios piensan, no son tres, sino cinco: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y rot (descomponer).
Lo más importante es RECHAZAR productos innecesarios como los típicos gadgets baratos para la cocina que solo se usan una vez y que generan residuos difíciles de gestionar: la clave está en tomar decisiones conscientes y en reflexionar si ese objeto es realmente necesario.
REDUCIR el consumo de productos de un solo uso es fundamental en la filosofía Zero Waste, ya que cuanto menor sea su consumo, menor será la cantidad de residuos que se generen. Curiosamente, según datos publicados por la Unión Europea, de media, cada europeo produce casi 180 kg de envases al año. Las cifras han hecho que la UE esté potenciando los envases rellenables y eliminando los innecesarios: “se prohibirán […] los envases de un solo uso para los alimentos y bebidas consumidos en restaurantes y cafés, […] para frutas y hortalizas, […] y otros envases miniatura en los hoteles”, reconoce en el denominado Pacto Verde.
En el mundo digital actual, plataformas como Vinted, Wallapop o Milanuncios brindan la oportunidad de REUTILIZAR y dar una segunda vida a productos en perfectas condiciones. Esta práctica no solo permite adquirir objetos a un precio con un gran descuento, sino que también evita que productos todavía útiles se conviertan en residuos que hay que gestionar y en los que, consecuentemente, hay que destinar recursos para su correcto compostaje.
Si bien RECICLAR es una opción valiosa, esta nunca debe ser la primera elección. Antes de considerar el reciclaje de cualquier producto como el vidrio, el papel, plástico, las pilas… es crucial aplicar las tres erres anteriores, fomentando así la reducción y la reutilización antes de la gestión de residuos. Para potenciar este punto la UE ha marcado un objetivo: que en 2030, todos “los envases sean completamente reciclables”, así como “la creación de sistemas obligatorios de depósito y devolución para botellas de plástico y latas de aluminio”.
El compostaje, denominado "ROT" en inglés, es una excelente alternativa para reutilizar y reciclar todos los residuos orgánicos: al convertir estos desechos en compost, se contribuye a cerrar el ciclo de vida de los materiales de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Precisamente, el “Residuo Zero” juega un papel crucial dentro de la economía circular. La propia Unión Europea reconoce en un comunicado de prensa que desea implantar esta medida antes del año 2050: “los recursos finitos y los problemas climáticos requieren pasar de una sociedad de "tomar, fabricar y eliminar" a una economía neutra en carbono, ambientalmente sostenible, libre de tóxicos y completamente circular para 2050”.
Para conseguir dicho objetivo, se debe ir un paso más allá de las “cinco erres” y potenciar un cambio radical del modelo productivo: alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales todas las veces que sea posible debe ser una prioridad.
Cómo iniciarse en el Zero Waste
Esta filosofía de vida persigue instaurar un cambio de mentalidad hacia la sostenibilidad y la adopción de hábitos más responsables con el medio ambiente. Para ello, busca alargar al máximo el ciclo de vida de los productos (de ahí lo de las cinco erres) y en minimizar el impacto en la naturaleza mediante el uso de materiales biodegradables.
Este enfoque encuentra respaldo en datos concretos: según revela el estudio de Global Webindex, el 61% de los millennials está dispuesto a invertir más en productos que generen un impacto positivo en el medio ambiente. Este comportamiento también se observa en la Generación Z y en la Generación X, con porcentajes del 58% y 55%, respectivamente.
Esta tendencia explica que cada vez sean más los consumidores que optan por realizar sus compras en tiendas a granel, donde cada usuario tiene la libertad de adquirir la cantidad exacta de los productos que necesitan y guardarlos en su envase reutilizable. Es por ello que hemos realizado una entrevista a La Revolución de los Graneles, una pequeña tienda a granel de A Coruña, para descubrir de primera mano cómo funciona un establecimiento de estas características.
¿Qué tipo de productos se pueden encontrar en su catálogo?
Trabajamos a granel productos de limpieza como detergentes, suavizantes, limpieza del hogar, cocina, pisos... Los de cosmética e higiene los trabajamos, por cuestiones legales, en formatos ya envasados, pero sin envoltorios de plástico, optando por soluciones sólidas en muchos casos (champú y jabón sólido, por ejemplo) y con composiciones en donde no haya sulfatos, parafinas, siliconas... Además, trabajamos con pequeñas empresas y no con los típicos aglutinadores de mayoristas.
No vendo productos de alimentación. En su momento, mi idea era establecer un negocio mixto, pero la filosofía de mi tienda es acercar productos ecológicos y sin plásticos a todo el público, independientemente de su capacidad económica. En el caso de los productos alimenticios, todavía queda mucho por hacer y no encajaba en la filosofía que queríamos implementar.
¿El movimiento Zero Waste está de moda o ha venido para quedarse?
La Revolución de los Graneles abrió hace cuatro años y medio, en 2019, en una época en la que el tema estaba constantemente en los medios y la gente estaba muy concienciada. Luego vino la Covid y retrocedimos. A veces la sensación es esa, un paso adelante y uno o dos atrás. Hay lobbies muy importantes para promover ese negocio: no es nada conspiranoico, simplemente hay que seguir el rastro del dinero como siempre y ver los fondos que empresas como Ecoembes recibe y distribuye.
Por eso insistimos en que este tipo de productos deben poder acercarse a todos los públicos. La Revolución de los Graneles pertenece a 4eco, una alianza de tiendas pequeñas que nos unimos para poder producir nuestros propios productos. Somos un centenar en todo el país y de esta manera, en los productos de limpieza, no tenemos proveedores, nosotros somos nuestros propios suministradores. Así, los pequeños nos enfrentamos a cualquier grande, en calidad y en precio.
Respondiendo más concretamente a tu pregunta, y siendo muy gallego: depende. Y para ser más gallego, respondo con otra pregunta: ¿qué tan sencillo va a ser para la gente este tipo de vida? Sabemos que es imprescindible, pero ¿qué nivel de sacrificio vamos a pedir? Ahí creo que está la clave.
¿Cómo han respondido las personas del barrio a este “nuevo” concepto de tienda? ¿Han notado un aumento en la demanda de productos a granel en los últimos años?
En mi caso, me establecí en un barrio de renta media-baja. Aquí no entré por el lado ecológico, sino por las condiciones de venta, les hablaba a la gente del precio, de que podían llevar un poco y probarlo. Cuando llevaban tres o cuatro compras, comenzábamos a hablar del plástico. La clientela es muy fiel. Además, tengo por fuera de la tienda muchos envases que llaman la atención y la gente se queda mirando y entra a preguntar.
Precisamente, en su tienda los envases son reutilizables, incluso los clientes pueden traer los suyos pero, ¿cómo selecciona y adquiere los productos para garantizar su sostenibilidad? Porque me imagino que el factor "cercanía" juega un papel importante para reducir al máximo la huella de carbono.
La cercanía es imprescindible. Aquí tenemos como límite la península, pero no necesariamente traemos productos de muy cerca si sus ingredientes vienen de fuera. Trabajamos mucho con Portugal. Lo que ocurre es que muchas veces, por mucho que tú busques, hay factores que escapan a tu control como el transporte que, en algunas ocasiones no se lleva a cabo por la ruta más directa.
Antes comentabas que La Revolución de los Graneles colabora con otros negocios locales e iniciativas relacionadas con la sostenibilidad y el movimiento Zero Waste, ¿crees que es importante para competir contra las grandes superficies?
Sí, esa es la clave. Además de estar en 4eco, como comentaba antes, colaboro con las Mulleres Colleiteiras [Mujeres Recogedoras], una cooperativa de mujeres que recogen aceite usado en A Coruña y otros municipios; con Labrecos, una explotación agrícola ecológica con una filosofía que conecta muy bien con la nuestra; y sobre todo, cultivo mucho el contacto con otras tiendas, para intercambiar ideas, para buscar productos nuevos, para recomendar proveedores que valen la pena y que también les vaya bien... La Revolución de los Graneles la lleva solo una persona, pero hay muchas cabezas que ayudan y muchas tiendas con las que también colaboramos.
En este campo no hay rivales, cualquier persona que venga a extender la idea de un ritmo de vida en el que se respete el planeta, no se fomente un consumo excesivo y se fomente el pequeño comercio, está en nuestro bando.
Para terminar, ¿ofrece, o ha pensado en ofrecer, algún tipo de programa de concienciación?
Esta es una tienda en la que, si se quiere, puedes entrar coger lo que quieras, pagar y marcharte, pero la gente siempre pregunta y habla, consulta, comenta... Realmente cuando doy una charla en una biblioteca o algún evento, no hago otra cosa que ordenar las conversaciones que tengo en la tienda con la gente que entra a comprar o preguntar.
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