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Ron DeSantis: el 'enemigo' está en casa

El actual gobernador de Florida gana enteros para ser el gran rival de Trump en la carrera por ser el candidato republicano a la presidencia en 2024

Y los enemigos del hombre serán los de su propia casa”. Este es el versículo Mateo 10:36, pero bien podría encontrarse pronunciado por cualquier miembro del Partido Republicano en EEUU estos convulsos días que el partido vive tras la celebración de las midterms, en las que el partido no ha cosechado los resultados esperados.


Donald Trump y Ron DeSantis. Fuente: AP images Butch Dill

El pasado 8 de noviembre tuvieron lugar estas elecciones en EEUU, conocidas popularmente como midterms o elecciones de medio mandato. Sirven como medidor de la popularidad del candidato y formación que ostenta en ese momento la presidencia del país. No obstante, nunca es un medidor demasiado fiable, ya que en estas elecciones el partido en la oposición tiende a ganar terreno y, por regla general, a salir victorioso de las mismas. Esto no es más que la forma que los estadounidenses han desarrollado para llevar a cabo esa vieja idea de la separación de poderes y control político que ya ideó Montesquieu allá por el 1748 con su obra El espíritu de las leyes.


La lógica que se persigue con ello es simple: si al partido que ostenta la presidencia -poder ejecutivo- se le da además mayoría en las cámaras -poder legislativo- la población deberá esperar dos años para que el presidente rinda verdaderamente cuentas frente a su electorado -teniendo además en cuenta que, aunque en EEUU no existe la disciplina de voto europea, no son muchos los diputados que votan contrariamente a su partido. Precisamente usando esta premisa, Elon Musk, presidente de Tesla, pidió el voto en la red social Twitter para los republicanos en la campaña electoral.


Con las midterms lo que se renueva es la Cámara de Representantes (el equivalente al Congreso de los Diputados en España) al completo, y 33 o 34 de los miembros del Senado. Además, 34 de los 50 estados del país aprovechan esta fecha para elegir también a sus gobernadores por un plazo de 4 años. Curioso es el caso de Vermont y Nuevo Hampshire que los eligen simplemente para un plazo de 2 años, de manera que votan a sus gobernadores en el año de las midterms y en el de las elecciones presidenciales. En las de este año, el Partido Republicano aspiraba a controlar el Senado y a cosechar unos resultados espectaculares en la Cámara de Representantes que llevase a los demócratas a volver a la minoría, y así lo recogían las numerosas encuestas electorales de aquel entonces. Sin embargo, conforme se acercaba la fecha de los comicios, las tendencias parecieron acercarse: los demócratas, asfixiados electoralmente por la baja popularidad de Biden y las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania, entre otros, parecían recuperarse y ganar apoyos al mismo ritmo que los republicanos los perdían.


Tras la celebración de las elecciones, y las semanas de escrutinio a las que los estadounidenses nos tienen acostumbrados, se certificó lo que se sospechaba: el Partido Republicano no conseguía el control del Senado, que quedaba en manos demócratas; su victoria en la Cámara de Representantes no era ni cerca la que aspiraban a cosechar.



Resultados de las Midterms 2022. Fuente: BBC

Trump, quizás intuyendo que los resultados no serían los esperados y evitando cualquier vinculación de esos resultados a su persona, ya dijo en una entrevista para AP que si los republicanos perdían las midterms en ningún caso sería cosa suya y que si en algo estaba influyendo su presencia era haciendo todo lo contrario: ayudar a los candidatos republicanos a ganar popularidad.


Pero lo cierto es que si analizamos estado por estado los candidatos, campañas y resultados, lo que podemos ver es que el “Efecto Trump” perjudicó y mucho a los republicanos: allí donde se eligieron para candidatos a personas más pro-Trump, terminaron con un crecimiento de apoyo a los demócratas, que usaron la estrategia política que ya emplearon en las elecciones presidenciales. Eligieron a un candidato moderado que, enfréntandose en este caso a candidatos de su mismo corte político, colocase a Trump la etiqueta de radical. Curiosamente, Ron DeSantis -uno de los mayores críticos con Trump- cosechó uno de los mejores resultados para el Partido Republicano, consiguiendo mantenerse como gobernador de Florida -un estado que tradicionalmente había funcionado como bisagra y en el que el republicano obtuvo el mayor margen de votos del estado en cuatro décadas-.


No son pocos los miembros que, visto el resultado de estas elecciones, comienzan a posicionarse contra Trump, creyendo que la retórica del amaño electoral solo ha perjudicado a una formación que, si quiere volver a ganar unas elecciones presidenciales, debe volver a ser vista como responsable y con capacidad para gobernar seriamente. Es por ello que el nombre de Ron DeSantis comienza a sonar con fuerza en las quinielas como el principal rival de Donald Trump en las primarias para volver a ser el candidato republicano a la presidencia del país.


Trump no es ajeno a estos rumores y sabe que el principal obstáculo entre él y la presidencia está en su propio partido y es gobernador en Florida. Por ello, el ex-presidente ha tomado posiciones, acusando a DeSantis de desleal y afirmando que su apoyo como presidente de la nación fue fundamental para que este pudiese ganar las últimas elecciones.


Si Ron DeSantis acaba presentando su candidatura para ser presidenciable solo el tiempo lo dirá. Pero, si algo está claro es que Trump ya percibe en él a un enemigo, y que en el Partido Republicano comienzan a escucharse espadas afilándose que no tardarán en desenvainarse.






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