¡Vuelven los sábados atenienses en La Colmena!
- Atenea UC3M
- 4 feb 2023
- 3 Min. de lectura
Tomen asiento para disfrutar de un clásico de Atenea, canciones que cuentan historias
Los atenienses hemos superado los exámenes con éxito y hemos vuelto con más fuerza que nunca. Hemos decidido empezar esta vez con un clásico dentro de la asociación. La dinámica consiste en elegir una canción que luego será repartida al azar entre los diferentes participantes. Con lo que nos inspira la canción bien por la melodía, la letra o el recuerdo de la música, han surgido estos dos textos. El primero de Hylian con la canción Be Calm de fun es este:
Aunque llevase ya dos años en Madrid, Marco no se acostumbraba a la hora punta del metro. Esa marea de personas no podía contenerse dentro de un vagón, era físicamente imposible. Por eso siempre salía rápido de la estación, bailando una extraña danza a la que seguía sin habituarse. La superficie tampoco es que mejorase; los escaparates estaban lejos de ser familiares, el tráfico era el cantante principal de la calle y los edificios parecían burlarse de él desde su inalcanzable cima.
“La ciudad es una oportunidad que tienes que aprovechar”, se recordaba Marco. Sabía que lo hacía; al fin y al cabo, su primera novela había nacido en esas calles, y la metrópolis le había devuelto la inspiración. Pero esas mismas calles también le mareaban y desorientaban, se reían de él.
¿Algún día podría encajar? ¿Dejaría de sentirse tan pequeño? ¿Podría andar con seguridad? ¿Conseguir algo similar a un hogar? No de momento, no sin un cambio. Al fin y al cabo, ¿cómo podía un crío como él domar la capital?
No.
No iba a caer en esa trampa, no otra vez. Marco amainó la pausa, siendo consciente de su cuerpo. Tomó aire y lo soltó, tranquilizandose casi por completo. Esa técnica era de las pocas que conseguía poner en orden su cabeza. Eso y, claro, hablar con Helio.
A Helio le iba muy bien últimamente, y él se alegraba muchísimo por él. El nuevo trabajo como programador era ambicioso, sí, pero era casi un milagro que alguien tan joven accediera a la posición. Era mucho esfuerzo, y bastante más horas que su anterior proyecto, pero Helio podía hacerlo.
Este trabajo requería que una gran parte de su tiempo libre se fuera en horas laborales, provocando que muchos de sus hobbies quedasen relegados al segundo plano. También hábitos como las tardes de rol o comprobar las incorporaciones al game pass menguaron drásticamente.
Era normal, el proyecto era su prioridad. El proyecto era muy importante. Y es normal centrarse en una prioridad. Relegar cosas al segundo plano, al final, son gajes del oficio. De todas formas, no es como si dejase de lado algo que no importase. Los juegos podían esperar. Las partidas podían aplazarse. Las citas podían cancelarse.
Y eso estaba bien. Lo único que quería era que Helio estuviera bien. Y él siempre podía hacer otras cosas. Aquello no era tan grave. No debería importarle tanto. No tenía que importarle tanto. Realmente no tenía tanta importancia. ¿Por qué tenía tanta import–
Un sonido sacó a Marco de su cabeza. Era su móvil, con una llamada entrante de Helio.
El segundo, de Jaume Cortès, es un texto inspirado en la canción Gold de Spandau Ballet
A la persona del espejo, a aquella que ya no ve el sol desde su agujero. A aquella
catedral en ruinas, construida en gloria de un amor efímero. A aquel vetusto bosque reducido a cenizas por los fuegos de un alma vacía. A aquel ave de huesos rotos que se retuerce en su propia sepultura. A aquel hogar que se ahoga en la lluvia de la ausencia. A ti, que las lágrimas te han erosionado las mejillas, creando riadas de dolor y soledad. A la persona del espejo. Le otorgo el oscuro abismo para que se sumerja en él y entienda que su luz brilla con fuerza propia. Para que olvide las falsas promesas del fulgor del oro, que tanto le eclipsó y daño. Para que se bañe en las aguas de la soledad y la tristeza y emerja de nuevo. Para que de la negrura de sus cenizas nazca otra vez. Para que imagine mil joyas con sus cristales rotos. Para que camine en la incertidumbre cantando su alma y surja al otro lado como la persona que es.
Si os ha gustado lo que hacemos y queréis participar no dudéis en pasaros. Nos reunimos todos los lunes en el aula 17.0.02. ¡Nos leemos el próximo sábado!
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